¿Te imaginas pagar $1,000 dólares por medio kilo de queso? No es un mito ni un rumor: existe y se llama queso Pule, considerado el más caro del mundo. Pero lo más sorprendente es su origen. Este exclusivo manjar no proviene de vacas ni cabras, sino de las burros balcánicos que habitan la reserva natural de Zasavica, en Serbia. Su elaboración artesanal y la rareza de la materia prima lo han convertido en una auténtica joya gastronómica que solo los más afortunados han podido probar.
¿Por qué este queso de burra balcánica se ha convertido en el objeto de deseo de los paladares más exigentes?
El secreto del altísimo precio del queso Pule radica en la dificultad de obtener la leche. Los burros deben ser ordeñados a mano hasta tres veces al día, y apenas 15 de estos animales producen solo 3.5 litros diarios. Para lograr medio kilo de queso se necesitan alrededor de 13 litros de leche, lo que hace que cada porción sea más valiosa que el oro en algunos círculos gourmet. La producción anual no supera los 90 kilos, convirtiéndolo en un producto extremadamente escaso y codiciado.

Más allá del lujo y la exclusividad, el queso Pule cumple una función vital: ayuda a conservar a los burros balcánicos, una especie en peligro de extinción. La modernización agrícola llevó al abandono de estos nobles animales, pero su valiosa leche los ha convertido nuevamente en protagonistas. Los ingresos generados por este exclusivo queso permiten mantener la reserva de Zasavica y proteger a estos burros, considerados un tesoro natural de la región.
El queso Pule alcanzó fama internacional en 2022 gracias a un curioso rumor: que el famoso tenista serbio Novak Djokovic había comprado toda la producción del año para su consumo personal. Aunque la noticia resultó ser falsa, la historia despertó el interés mundial y disparó la demanda. Los fanáticos del deporte y de la alta cocina no dudaron en pagar cantidades astronómicas por conseguir una pieza, incluso a través de plataformas como Mercado Libre.
Jovan Vukadinovic, el director de la reserva, explica que la leche de burra es altamente nutritiva, ideal para fortalecer el sistema inmunológico de los bebés. “Decidimos aprovechar nuestra abundante leche para crear el queso Pule, y fue una sorpresa ver el impacto que tuvo en la conservación de nuestros burros”, señala. Además, hay quienes aseguran que la leche de burra fue el secreto de belleza de la mismísima reina Cleopatra, y hoy se sigue utilizando en productos cosméticos de alta gama.
En definitiva, el queso Pule no es solo el queso más caro del mundo, sino también una delicia que mezcla historia, tradición y conservación en cada bocado. ¿Te animarías a probarlo?