Katy Morlok, una integrante de la familia postiza de la ardilla bautizada como «Lil Red», decidió darle de comer algo distinto a las semillas que generalmente le daba.
Un día encontró una bolsa de peras, que ya tenían bastante tiempo ahí, así que decidió sacarlas al jardín.
La ardilla a la primera pera que tomó, se emocionó y la llevó hasta su árbol.
“Así que saqué el resto de las peras viejas para las ardillas“, dijo la mujer.

Lo curioso fue que mientras la pequeña ardilla comía con entusiasmo, por un momento se quedó ida y comenzó a inclinarse lentamente hacia atrás ¡Estaba borracha!
Al parecer, habían llegado a tal fermentación estas peras que se convirtieron en una bebida alcohólica.
Esta amiguita sufriría de un momento a otro la odiada resaca.