Después de escuchar las más amargas quejas, encontré los que se quedan con los deshonrosos primeros lugares.
Te presentamos los resultados:
El “siempre tengo la razón”.
Es el rey de la soberbia, el único punto de vista que toma en cuenta es el suyo. Vive contando sus hazañas y buscando argumentos para desprestigiar a los demás, especialmente si piensan diferente a él.
El coqueto.
Cuando van a un sitio público parece que se olvida de que estás ahí. La mira a todas les sonríe a todas.
El “quiero a mi mamá”.
Te compara con su madre, se deja influenciar por ella y le llama todo el día. La suegra metiche se convierte en tu peor pesadilla.
El macho.
Vive con ideas del siglo XVIII, Olvídate de su ayuda en las labores domésticas, Odia a tus amigos gay, te cela todo el tiempo y busca pelea por cualquier cosa.
El tacaño.
No dispara ni en defensa propia. Cuentas divididas siempre y olvídate de regalos.
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