Tu relación se volvió rutinaria y piensas que todo se fue abajo… te damos algunos consejos para que salves tu relación.
Expresen sus sentimientos.
No se trata de reprocharle como si fuera el villano de la historia, sino de decirse lo mucho que se quieren.
Observen sus errores.
Suele pasar que, cuando ya estamos en medio de la crisis, sólo nos enfocamos en las fallas. Ahora te toca ver hacia adentro, aceptar en lo que te has equivocado y encontrar la manera de cambiar esas actitudes que han hecho tanto daño.
Pidan perdón.
Es lo que más cuesta porque, una vez que observaste tus errores, debes aceptarlos frente al otro.
Olviden las expectativas.
Deja de esperar que tu pareja haga o actúe de cierta forma. Aprende a fluir con lo que pasa. Cuando tenemos una idea de cómo queremos que sean las cosas y no ocurre tal cual esperábamos, nos frustramos e incluso, lastimamos al otro con reproches. Cada quien vive las situaciones de modo distinto, no lo olvides.
Ten control de tus acciones.
Si tu novio se enoja y grita tan fuerte que se escucha hasta China, no reacciones igual. Dale su espacio y permite que se calme. Ya tendrán tiempo para platicar.
Abrazos y besos a todo lo que da.
Está cañón, pero somos propensos a alejarnos físicamente cuando estamos enojados o tristes. Es un mecanismo de defensa natural; sin embargo, está comprobado que, una de las mejores terapias para arreglar problemas es por medio del contacto físico.
Rompan con la rutina.
Cuando llevamos un buen tiempo de relación, repetimos actividades y nos aburrimos. Salgan y acaben con eso.
Recuerden sus mejores momentos.
Acordarse juntos de anécdotas graciosas los hará reír. Vean fotos o escuchen canciones que han compartido. Esto hará que vuelvan a sentir esas emociones que los hicieron elevarse hasta las nubes.
Inventen algo nuevo.
Una actividad que sea nueva para los dos los unirá más. Lo que sea que compartan y los haga divertirse juntos.
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