Sin duda existen mentiras “blancas”, mentiras “piadosas”, y ellas están muy presentes en nuestra vida y solemos decirlas con regularidad, muchas veces ya sin darnos cuenta.
Según un estudio confirma que un estadounidense en promedio dice alrededor de 11 mentiras a la semana. Contar algo que no es del todo real, nos provoca estrés y nos pone en un estado de alerta constante para poder sostener eso a lo largo del tiempo. Eso podría tener repercusiones en nuestra salud física y mental.
Las personas que mienten con regularidad podrían presentar más problemas de salud que los que son honestos.
Además, las personas que no mienten constantemente reportaban menos dolores de cabeza, garganta, tristeza y niveles de estrés más bajos. En términos generales, su salud y bienestar fue mejor.
Así que ya lo sabes, si quieres sentirte bien, la honestidad puede ser un gran aliado.
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