En las tierras de Etiopía, un joven ha demostrado que la determinación no conoce límites. Asmelash Zerefu, un apasionado de la aviación, ha convertido lo que muchos considerarían un imposible en su realidad más tangible: construir un avión desde cero, desafiando todos los pronósticos y superando cada obstáculo con una voluntad inquebrantable.

El nacimiento del K-570A: un avión hecho en casa

La historia de Zerefu comienza con un sueño truncado. Rechazado de la Academia de Aviación de Ethiopian Airlines por ser un centímetro más bajo de lo requerido, cualquier otra persona habría abandonado su pasión. Sin embargo, él transformó esa decepción en combustible para la innovación, decidiendo que si no podía ser piloto por los medios tradicionales, lo sería por un camino completamente nuevo.

Joven construye su propio avión siguiendo tutoriales de YouTube

Con una determinación digna de admiración, Zerefu se sumergió en un proceso de aprendizaje autodidacta que incluiría cientos de horas de tutoriales en YouTube, manuales técnicos de la FAA y una investigación exhaustiva sobre diseño y construcción aeronáutica. Su proyecto, bautizado como K-570A, no solo representa un logro técnico, sino también un tributo familiar: la «K» en honor a su madre Kiros, y los 570 días que dedicó a su construcción.

El aeroplano, un modelo open-tandem de dos asientos con parasol, ha sido diseñado para vuelos bajos y lentos, con una inversión total de 7,500 dólares. Un presupuesto modesto comparado con la enormidad de su sueño, financiado con ahorros personales y una fe inquebrantable en su visión. A pesar de las burlas y dudas de quienes lo rodeaban, Zerefu persistió, convirtiendo cada desafío en una oportunidad de aprendizaje.

Aunque el avión aún no ha realizado su vuelo inaugural oficial, Zerefu mantiene la convicción de que antes de finalizar el año, el K-570A se elevará por los cielos etíopes. Sus pruebas preliminares, que incluyeron un intento en junio donde debió realizar ajustes en la hélice, demuestran su compromiso con la perfección y la seguridad.

La historia de Asmelash Zerefu trasciende la construcción de un simple aeroplano. Es un testimonio de que los sueños, cuando se persiguen con pasión, determinación y trabajo arduo, pueden convertirse en realidad, sin importar cuán imposibles parezcan al principio. Su legado ya no es solo ser un soñador, sino convertirse en un inspirador de generaciones que aprenderán que los límites son principalmente mentales.

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