Desafortunadamente los refrescos o bebidas gaseosas se han convertido en la bebida predilecta de los mexicanos. ¿Pero dárselo a tus hijos es correcto? El refresco es una bebida que no es recomendada para la dieta de los adultos y menos para la de los niños. Te presentamos cuatro razones por las que ya no deberías dejar que tu hijo tome refresco:

1) Demasiada azúcar

  Una botella de 600ml de refresco de cola contiene el equivalente a 12 cucharadas (tamaño café) de azúcar, o lo que es igual, 60 gramos. Esta gran cantidad de azúcar representa el doble de calorías totales que puede ingerir un niño durante el día La ingesta descontrolada de azúcar puede provocar hiperactividad, obesidad, diabetes infantil, caries y enfermedades del corazón.

2) No nutren

Estas bebidas no aportan ningún beneficio alimenticio al organismo y su único resultado es añadir calorías innecesarias al cuerpo, incluso las que dicen que son dietéticas. Además, los ingredientes de estas bebidas están pensados para convertirlos en un producto adictivo.

3) Cafeína

  Si la cafeína altera el sistema nervioso de un adulto, esto empeora en el organismo de un niño. Una lata de refresco (330 mililitros) aporta unos 35 miligramos de cafeína, una cantidad innecesaria para el organismo de un niño. Un exceso de cafeína puede provocar irritación, insomnio, ansiedad, ardor de estómago o hipertensión.

4) Colorantes

Durante la producción del colorante caramelo tipo III y IV, usado mayormente en los refrescos de cola, se puede producir un químico conocido como 4-metilimidazol, existe evidencia de que propicia el cáncer en ratas, aunque no en humanos, por lo que la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer lo ha clasificado como un potencial cancerígeno. ¿Seguirás comprándole bebidas gaseosas tú hijo?  

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