El pasado 3 de enero, Sarah Beam de 41 años llegó a un centro de pruebas COVID-19 ubicado en la ciudad de Houston.
La directora de salud de este centro acudía auto por auto para recaudar la información de los que estaban solicitando la prueba. Fue de ese modo que se percató de la situación, pues la mujer se bajó del auto para abrir la cajuela y que el menor pudiera ser atendido.
Entonces, la directora alertó a la policía, confirmándoles que fue la misma mujer quien le señaló que fue su idea meter a su hijo en la cajuela, para no correr el riesgo de contagiarse ella. Así que los oficiales llegaron al lugar y arrestaron a la madre. Posteriormente iniciaron una investigación en su contra.
Aunque Sarah Beam logró librarse del arresto tras pagar una fianza de 30 mil pesos mexicanos (mil 500 dólares), días después se le presentaron cargos; así que deberá llegar a un acuerdo con la fiscalía o enfrentarse a un juicio.
Por otro lado, al adolescente sí se le realizó la prueba de Covid-19 y salió positivo. De igual manera se informó que no presentó lesiones después de viajar en la cajuela del auto.