En un mundo donde la comunicación digital domina nuestras vidas, surge una historia que demuestra que el romanticismo tradicional aún existe. Bill Bresnan, un romántico empedernido de Nueva Jersey, ha cautivado al mundo con su dedicación al amor, escribiendo más de 10,000 cartas de amor a su esposa Kisten durante cuatro décadas, convirtiendo su matrimonio en una verdadera novela romántica viviente.

La historia comenzó en 1974, cuando Bill, entonces profesor, quedó instantáneamente cautivado por la belleza de Kisten, quien era una de sus estudiantes. Sus primeros encuentros en el tren se convirtieron en el escenario perfecto para intercambiar notas y garabatos en servilletas, sentando las bases de lo que se convertiría en una de las historias de amor más extraordinarias de nuestros tiempos.

Carta de amor diaria: La extraordinaria historia del hombre que escribió 10,000 cartas a su esposa

El poder de una carta de amor manuscrita en la era digital

Lo que comenzó como simples notas y postales enviadas desde diferentes ciudades durante sus viajes de trabajo, se transformó en una tradición inquebrantable después de su matrimonio. Cada carta, firmada con un «Te amo, mi querida» y el símbolo del infinito, se convirtió en un testimonio tangible de su amor perdurable.

La pareja, que ahora tiene 74 años, ha desarrollado un sistema meticuloso para archivar estas muestras de amor, creando un verdadero diario romántico que documenta cada momento significativo de sus vidas juntos. Este archivo no solo representa su historia de amor, sino que también sirve como un portal al pasado, permitiéndoles revivir momentos especiales cuando lo desean.

La dedicación de Bill y Kisten va más allá de las cartas. Han construido rituales románticos diarios, como cenar con velas y música romántica, y mantener su dormitorio libre de televisión. Cada noche termina con un beso y un «te amo» que se renueva al día siguiente, manteniendo viva la llama del amor.

Quizás lo más impresionante de su historia es que en 40 años de matrimonio, nunca han tenido una pelea seria. Su secreto radica en la comunicación abierta, la resolución de conflictos antes de dormir y el compromiso mutuo de nutrir su relación cada día. En una era donde las parejas frecuentemente cenan en silencio, absortas en sus teléfonos móviles, la historia de Bill y Kisten nos recuerda la importancia de valorar y cultivar el amor verdadero.

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