¿Es necesario bañarse todos los días? Dave Whitlock, un ingeniero químico graduado del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), ha decidido que no. Y no es broma: lleva 12 años sin bañarse. Ni una ducha, ni un chapuzón, ni un enjuague rápido. Whitlock asegura que la limpieza diaria con agua y jabón es una práctica que hemos sobrevalorado sin ninguna evidencia científica real que la respalde. “Nadie ha estudiado clínicamente si bañarse todos los días es bueno”, afirma, mientras sonríe como quien guarda el secreto mejor perfumado de todos.

Doce años sin bañarse: ¿La revolución de la higiene personal?

En lugar de agua y jabón, Dave usa un spray llamado Mother Dirt AO+ Mist, un producto que él mismo desarrolló con su empresa AOBiome. ¿Su ingrediente estrella? Una bacteria llamada Nitrosomonas eutropha, que vive en el suelo y en el agua no tratada. Suena extraño, pero según Whitlock, esta bacteria es capaz de alimentarse del amonio que produce el sudor humano, transformándolo en compuestos beneficiosos como nitritos y óxido nítrico. Esto, en teoría, mantiene su piel limpia, sin malos olores y, como él dice, con un microbioma “vibrante”.

Bañarse: ¿Mito moderno? Científico lleva 12 años sin ducharse y dice oler mejor que tú

Whitlock no está solo en esta cruzada. Su teoría se basa en la idea de que al bañarse con jabones y productos químicos tradicionales, eliminamos las bacterias buenas que regulan de forma natural la salud de la piel. “Estamos matando a nuestros mejores aliados sin saberlo”, afirma. Según el investigador, su spray no solo actúa como desodorante y limpiador natural, sino que también refuerza el sistema inmune. En pocas palabras: Dave confía más en las bacterias del suelo que en el jabón que tienes en la regadera.

Aunque Whitlock reconoce que de vez en cuando pasa una esponja húmeda por su cuerpo para quitar la suciedad visible, insiste en que el acto de bañarse está sobrevalorado. “No es que sea un rebelde de la higiene; es que quiero probar que hay una mejor manera de cuidarnos sin depender de los químicos”, explica. Incluso asegura que después de más de una década sin ducharse, su piel luce mejor que nunca y que nunca ha recibido quejas sobre su olor corporal.

Lo cierto es que sus declaraciones han levantado más de una ceja (y quizá más de una nariz arrugada). Mientras unos lo ven como un genio disruptivo que podría cambiar el futuro de la higiene, otros lo consideran un excéntrico más del mundo científico. Lo que nadie puede negar es que su historia abre un debate incómodo: ¿realmente necesitamos bañarnos todos los días o hemos caído en una trampa de mercadotecnia y costumbre social?

En una era donde los productos naturales y el cuidado del microbioma ganan terreno, Whitlock podría ser el pionero de un movimiento que reescriba las reglas de la higiene personal. Aunque, claro, habrá que preguntarse si el resto del mundo está listo para guardar el jabón… o al menos, para oler diferente.

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