Alfredo Olivas, conocido exponente del regional mexicano, encontró la manera perfecta de esquivar las restricciones contra los corridos bélicos durante su reciente presentación en Monterrey. El pasado 26 de abril, el cantante implementó una táctica que desafió indirectamente las medidas impuestas por las autoridades regiomontanas, sin violar explícitamente ninguna norma establecida.
En lugar de interpretar él mismo los polémicos temas, Olivas permaneció en silencio mientras sus fans entonaban a todo pulmón canciones como «El malo de Culiacán», «Corrido de infiernito» y «El paciente». Esta estrategia le permitió mantener intacto el repertorio que sus seguidores esperaban escuchar, sin enfrentarse a posibles sanciones por parte de las autoridades locales.

¿Por qué Alfredo Olivas decidió usar esta estrategia contra la censura?
La prohibición de corridos bélicos ha ganado terreno en varios estados mexicanos, aunque no existe una censura nacional unificada. Las autoridades argumentan que estas medidas buscan frenar la apología de la violencia y la glorificación de figuras criminales, como ocurrió recientemente tras la polémica presentación de Los Alegres del Barranco en Guadalajara, donde proyectaron imágenes de un líder criminal antes de interpretar un corrido dedicado.
A pesar de que la presidenta Claudia Sheinbaum ha declarado que prohibir canciones no resuelve el problema de fondo, ciudades como Monterrey han optado por implementar «recomendaciones» a los artistas para evitar contenidos que hagan referencia a actividades ilícitas o violentas. Esta situación ha puesto a intérpretes como Alfredo Olivas en una posición complicada frente a su repertorio tradicional.
¿Qué impacto tendrá la acción de Alfredo Olivas en otros artistas?
La ingeniosa solución encontrada por Olivas podría marcar un precedente para otros artistas del género que enfrentan restricciones similares. Al permitir que sea el público quien interprete las canciones, se establece una zona gris en la aplicación de estas prohibiciones: ¿pueden las autoridades sancionar a un artista por lo que canta su audiencia?
Esta táctica no solo demuestra la creatividad del cantante ante la adversidad, sino también la profunda conexión que existe entre los artistas del regional mexicano y sus seguidores. El público de Monterrey demostró conocer perfectamente las letras de los temas vetados, evidenciando que la censura difícilmente podrá erradicar un fenómeno cultural tan arraigado.
La situación pone de manifiesto el debate entre libertad de expresión y responsabilidad social que rodea a los corridos bélicos. Mientras los defensores de las restricciones argumentan que este tipo de música normaliza la violencia, los artistas y sus fans defienden su derecho a preservar una tradición musical que consideran parte de su identidad cultural.
En este clima de creciente tensión entre censura y libertad artística, la estrategia de Alfredo Olivas representa una forma de resistencia cultural que probablemente será replicada en futuros conciertos de regional mexicano a lo largo del país, planteando nuevos desafíos para las autoridades que buscan regular este controvertido género musical.
RESUMEN
- Alfredo Olivas cantó… sin cantar
- Su público coreó los corridos bélicos
- Esquivó la censura sin romper reglas
- La estrategia fue en Monterrey
- Autoridades habían advertido restricciones
- Refuerza su imagen con ingenio y respeto
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