Los responsables pensaron que sus peculiares cejas hacían del animal un ejemplar único y no se equivocaron. Frida, de tres meses de edad, fue encontrada vagando por las calles de Siberia cerca de una protectora de animales rusa. Una mujer identificada como Oskana, se interesó por ella y la adoptó de inmediato. “No puedo entender como la gente puede deshacerse de una belleza como ésta”, manifestó en referencia a la mascota. “Le dije a mi marido: ‘Vamos a adoptarla’”, continuó. La perra lleva dos semanas con sus dueños, y su adaptación al nuevo hogar va viento en popa, aseguró la pareja.