A lo largo del tiempo se han realizado diversos estudios para identificar la mentira en movimientos, posturas o tics. Durante años se creyó que cuando una persona levanta la vista hacia la derecha es probable que esté mintiendo (no así si el movimiento es hacia la izquierda). Un equipo de investigadores de las Universidades de Edimburgo y Hertfordshire encontró que esa teoría es incorrecta. A través de diversas pruebas, en las que se analizó la honestidad y el movimiento de los ojos llegaron a la conclusión que no hay correlación entre mentir y la dirección de los ojos.
Hay personas que han aprendido a hacer de la mentira un arte y controlan sus reacciones al momento de decir falsedades. Los que no son tan expertos en mentir pueden delatarse por:
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