Un ciudadano alemán perdió su vehículo hace 20 años y lo reportó como robado. No obstante, hace unos días la policía lo contactó para comunicarle que el carro estaba estacionado en el garaje de un antiguo edificio industrial. De pronto el hombre recordó que era el último lugar donde lo había dejado… Y, conducido por su hija, acudió a recogerlo, pero lamentablemente el carro ya no funcionaba. Finalmente, la policía se vio forzada a demoler el inmueble con todo y el automóvil, que era precisamente lo que estaban evitando con la notificación de su hallazgo. ¿Puedes creerlo?

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